viernes, 5 de noviembre de 2021

NO LE PONGAS COLLAR A TU GATO SIBERIANO

El gato no soporta los collares, ni los gorros ni las camisetas, ni los lazos. Los gatos no son perros y difieren de ellos en más aspectos de los que puedas imaginar. Si le pones un collar a un gato terminará por seguir viviendo porque no le queda otra, pero habrá pasado muchas horas, días, y muchos malos momentos hasta aceptar que no se lo puede quitar sin tu ayuda. Nunca se acostumbrará del todo a él. Siempre soñará con liberar su cuello.

Les resulta altamente incomodo, les desagrada, les ata, y además, un collar es un gran peligro: Si queda enganchado a cualquier cosa por el collar su instinto le hará siempre luchar, empujará intentando liberarse, hasta morir ahogado. Esto incluye los collares antiparasitarios. Existen, mucho más seguros y efectivos, las pastillas y pipetas especiales para gatos.





Los siberianos son un animal que disfruta con la tranquilidad, la paz y el contacto con sus humanos, por lo que el tintineo agotador y constante de un cascabel no sólo no es de su agrado sino que podría acarrearle problemas de comportamiento, e incluso, problemas neurológicos.

El oído del gato es mucho más sensible que el del humano y el hecho de tener un sonido continuo, cerca de su pabellón auditivo, provoca que el sistema nervioso esté constantemente reaccionando ante ese estímulo sonoro, lo que a la larga produce pérdida progresiva de la audición y si el cascabel es grande y muy sonoro sordera.

Hay personas que alegan colocar un cascabel a su gato para tenerle localizado por la casa. Estas personas olvidan que los felinos gustan del silencio y la tranquilidad, de los momentos de aislamiento y de su capacidad de sigilo para pasar desapercibidos cuando desean no llamar la atención.

Además, poseen en su instinto el impulso de querer cazar, lo cual requiere de su habilidad de moverse sigilosamente, y, ni jugando, aunque no haya presas reales, pueden simular la caza con agrado y acorde a su naturaleza. Esto nos hará considerar lo frustrante y estresante que debe ser para ellos los cascabeles. Se han documentado casos de gatos que, en un intento de hacer que pare el sonido, han aprendido a morder el cascabel y llevarlo en la boca.

Los gatos que salen al exterior con cascabel pierden la posibilidad de pasar desapercibidos, algo fundamental para cualquier animal en relación a su seguridad vital. Estaríamos rompiendo justamente la capacidad de sigilo de los gatos, su baza para lograr sobrevivir en la calle. El sonido del cascabel es una llamada para personas a quienes les molestan los gatos, para los perros, y tampoco podrán esconderse de otros gatos de la zona que siempre defienden su territorio, teniendo que sufrir enfrentamientos y peleas que sin el cascabel quizá hubieran podido evitar.

No hay ninguna ley, por el momento, que considere que colocar un cascabel a un gato para que lo lleve durante todo el día a lo largo de su vida sea una forma de maltratarle, pero eso no quiere decir que no seamos capaces de emitir un juicio moral para llegar a ser respetuosos con sus necesidades y con su etología. Haz un ejercicio de empatía: piensa en ti, y ponte en su lugar… ¿Te gustaría llevar al cuello un collar, con un cencerro o una campana colgante, cuyo volumen de sonido sería el equivalente a un cascabel respecto de su sensibilidad auditiva, y soportarlo durante toda tu vida?

Artículo elaborado gracias a la información obtenida en https://sosfelinos.org/

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